Enemigos íntimos: el origen de la rivalidad de Boca y River
Los dos equipos más grandes de Argentina, sostienen hace muchas décadas una profunda enemistad.
La historia de Boca y River parece estar cosida por el mismo hilo conductor y ni el paso del tiempo, más de cien años que no son pocos, ha enfriado la rivalidad, que quedó marcada con el primer enfrentamiento, el 24 de agosto de 1913.
Ambas instituciones, que se han tornado las más emblemáticas de Argentina, tuvieron un barrio de fundación común, el tradicional rincón porteño de La Boca, junto al Riachuelo.
Boca y River pasaron sus primeros años de actividad junto al puerto natural de la ciudad, punto de arribo de la mayor cantidad de inmigrantes, muchos de ellos italianos.
El primer club que se fundó allí fue River Plate, el 25 de mayo de 1901, tras la fusión de dos instituciones aficionadas: Santa Rosa y Las Rosales. Leopoldo Bard fue su primer presidente.
En el domicilio Almirante Brown 927, donde funcionaba la imprenta Francisco Gentile, hubo las reuniones fundacionales del club, que desde entonces adoptó los colores de la casaca blanca con una banda roja cruzada en forma diagonal de izquierda a derecha.
Boca Juniors, en tanto, fue fundado el 3 de abril de 1905 en un banco de la actual Plaza Solís, como consecuencia de la reunión de un grupo de jugadores de un equipo informal llamado Independencia Sud. Esteban Baglietto fue el primer presidente.
Se cree que los colores azul y amarillo de la camiseta fueron inspirados por el barco sueco Drottning Sophia, que por entonces estaba anclado en el puerto cercano al barrio de La Boca.
Si bien el primer Superclásico oficial data de 1913, los historiadores reconocen un amistoso el 2 de agosto de 1908 en el modesto estadio de Boca, en la Isla Demarchi, que terminó con triunfo local por 2-1 con goles de Rafael Pratts.
Sin embargo, el primer choque oficial se produjo el 24 de agosto de 1913 en el viejo estadio de Racing Club del barrio bonaerense de Avellaneda. River ganó por 2-1 con goles de Cándido García y Antonio Ameal Pereyra. Descontó Marcos Mayer.
El primer estadio de River Plate estuvo en el lado este de la Dársena Sur del puerto de Buenos Aires, detrás de las carbonerías Wilson. Luego pasó al barrio bonaerense de Sarandí y en 1914 regresó a La Boca. La primera tribuna se levantó en la calle Caboto.
En 1923, al no poder renovar el alquiler del predio, River abandonó el barrio de La Boca y se mudó al porteño Palermo, sobre la actual Avenida Alvear, entre Tagle y Austria, donde se levantó un coliseo con capacidad para 40.000 personas.
En 1935, con la construcción del Monumental, River sentó definitivamente los cimientos de su casa, que inauguró el 25 de mayo de 1938 con un partido frente al Peñarol uruguayo.
Boca fue menos peregrino. Su única salida se dio en 1914 hacia un campo en Wilde.
Dos años después comenzó a buscar su lugar definitivo, primero en un predio ubicado en la calle Ministro Brin y Senguel. En 1924 se mudó al actual campo de la Bombonera, estadio que fue inaugurado el 25 de mayo de 1940 con una victoria por 2-0 sobre San Lorenzo.
En la época de fútbol aficionado se enfrentaron 10 veces, con tres victorias para Boca, cuatro para River y tres empates.
Entre 1919 y 1927 a uno y a otro se les vio en Ligas diferentes. Boca Juniors en la Asociación Argentina, y River en la llamada Asociación Amateur.
El 4 de diciembre de 1927 se midieron y ganó Boca por 1-0 gracias al gol de Roberto Cherro.
La más escandalosa goleada de la historia centenaria de esta rivalidad se dio tres años antes del surgimiento del profesionalismo, cuando Boca se impuso por 6-0 el 23 de diciembre de 1928. Aportaron de a dos goles Tarasconi, Cherro y Kuko.
Aquel duelo terminó siete minutos antes por pedido de River Plate, que perdió por lesión a tres jugadores y resistía solo con ocho la presión de su rival.
El primer Superclásico del profesionalismo tuvo un escandaloso final el 20 de septiembre de 1931, pero no por la abrumadora superioridad de alguno de los equipos.
Se jugaba la primera ronda del Campeonato Argentino de Football. El árbitro designado Enrique Escola, en respuesta a los enérgicos reclamos a sus decisiones por parte de los jugadores de River, se retiró al vestuario no sin antes suspender el partido en el minuto 25.
Difícil pensar que los jugadores de uno y otro club quieran jugar en la actualidad menos de 90 minutos si el objetivo es vencer al enemigo íntimo.
EFE